Atendiendo a los dos ravs~

LLega a su cabaña y recuesta a mbos muchachos en dos sillones. Suspira, era un mostruo.

Aulla devil, convirtiendose en koda.
Sangra por todos lados, devil.

Sigue retorciendose, incapaz de quedarse quieto, grita desgarrador.

Atiende primero al niño, dandole un calmante magico y acostandolo. Va con su botiquin donde el lobo, lo asiste rapido. Artesano.

Comienza a dormirse, sin sentir nada ahora.

Lo miro a penas.- deja asi .....-murmura

- Yo daño, yo curo..- dice muy sereno, terminando con las heridas de su pecho y su brazo -Mejor?- pregunta luego de haberle inyectado un calmante.

Duerme profundo.

hace una mueca al sentir la aguja, solo asiente, en silencio

Sonrie.

- Preparé chocolate, para que te siente mejor..- dice mientras va a su cocinita.

Su tio abuelo lo mataria si volvia a las andadas otra vez, despierta, perdido, le duele el cuello, hace una mueca.

Sus ojos recorren la cabaña, se detiene en ese chico, su compañero de cuarto.- note muevas ....-ordena a penas.

-Ya llevo los chocolates..- dice sacando una taza más.

Mira al muchacho de la pluma, desvia la mirada hacia donde escucho lo voz.

Se sienta en el sofa, aprieta la mandibula, solo espera, en minutos tendra sus heridas curadas, lo sabe.

-Calmate chico..- dice poniendo en la mesita tres taza de chocolate calieente y humenate.

- Me arde.. - murmura, sin sacar su mano de su cuello.

-Dejame verte..- le quita la camiseta y mira la herida- Solo necesitaras un poco de dictamo.. y una novia cariñosa..- bromea mientras lo atiende.

- Ja.. - hace una mueca, sarcastico.

quedate quieto ....-ordena seco, sin mirarlo. Observa como al herida de su brazo se est curando

-Para ser tan pequeño eres un tant oamargado..- comenta, terminando con él- Ya estas..- dice calmo- Bebe un poco, es elixir de vida..- se refiere al chocolate.- Relax, take it easy lobo...- le dice pasivo al otro.

Toma del cocholate, sin mirarlos.

Sus heridas estan curadas, se levanta.

Quedate un rato, no seas niño..- dice sentado con su gatito en su regazo.

Su pilaraña sale del bolsillo algo mareada por el viaje, biscosa y fea, la deja en su palma, mientras termina con su taza.